He leído que el cerebro humano está programado para fijar su atención en las malas noticias. Nuestro cerebro más primitivo debía sobrevivir a situaciones peligrosas lo que explica que por una cuestión de supervivencia el cerebro encuentra primero las cosas negativas antes que las positivas.
Bajo esta premisa no nos queda sino entrenarlo para que los pensamientos positivos se muestren. Por tanto y pensando en la educación de los peques, ¿Te has fijado si tu hijo/a renuncia antes de haber comenzado? ¿es un niño/a que ve el obstáculo antes que la meta?
¿Qué es el pensamiento positivo?
Antes de nada, es necesario que te explique que es realmente el pensamiento positivo. Es una actitud mental que percibe las situaciones de forma constructiva. No significa que evita o ignora lo negativo. Lo que hace es acercar su pensamiento a un reconocimiento de la productividad, antes que de los inconvenientes.
Esta claro que algunos niños nacen más optimistas que otros, pero se puede construir el optimismo con práctica. Puedes saber si tu hijo tiende a pensamiento más positivos fijándote en la forma en la que se enfrenta a situaciones nuevas. Para los niños puedes ser el comienzo de curso, ir a una fiesta en las que no conoce a nadie, un cambio de residencia…
Entiende que una de cosas cosas más importantes que puedes hacer como madre es modelar el tipo de persona que será tu hijo. Y una base muy específica para lograr adultos emocionalmente capaces es preciso trabajar el pensamiento positivo. Ya he hablado en varias ocasiones de la importancia de las emociones y de como educarlas. Puedes leer este post.
El pensamiento positivo no es sino la habilidad de creer que siempre hay una oportunidad y que incluso en la adversidad el cambio a mejor puede estar a la vuelta de la esquina.
Una actitud positiva fomenta una acción positiva
La forma en la que piensas es la forma en la que se vuelve tu vida. No siempre podemos controlar las circunstancias externas pero sí el pensamiento, que es donde todo comienza. Si reconoces que no eres una mujer muy positiva, te costará más cambiar esa actitud, pero el esfuerzo que conlleva te conducirá a una mayor motivación y felicidad en tu vida.
No llenes tu pensamiento con carencias de lo que te falta, llénalo con lo que tienes que es mucho. Siempre hay situaciones difíciles y de ellas muchas veces se aprende algo. Hay cientos de dichos populares que hablan de ello
Cómo fomento el pensamiento positivo en mis hijos
- Corta rapidamente con expresiones negativas: es común que los niños expresen lo que piensan en voz alta “Nadie me quiere” “mi pelo es muy feo”. Es el momento ideal para explicarle que eso que afirma es negativo puesto que no es cierto.
- Intenta ser entusiasta: céntrate en la alegría de lo nuevo, de vivir experiencias, de afrontar las cosas con decisión incluso aquello que no nos gusta
- Afrontar las adversiadades. Si suspende un control o alguna asignatura y responde “es que no soy buena en mates” paramos y le explicamos que “quizá debas practicar un poco más y dedicar más tiempo a las mates, tu sabrás hacerlo y terminarás aprobando”
- Construye su buena autoestima.
- Hazle sentir un ganador. Recuérdale aquello que logró y la capacidad que tiene de alcanzar aquello que quiera. Cuéntalo con orgullo y hazle sentir especial y todo lo que lo valoras.
- Y lo que siempre digo: Ejerce de modelo, ellos te miran y tus acciones tienen más repercusión que años enteros de charlas o explicaciones. Con mucha facilidad un niño puede responder con mal humor, con negatividad tan rápido como lo vea en ti. Pregúntate cómo eres y habitúate a pensar en positivo para hacer este pensamiento un hábito en tus hijos.
- Cuando le encuentres triste por un problema concreto. Háblalo, o mejor, si tu hijo es pequeño que lo dibuje y si es algo mayor que lo escriba. Que divida un papel en dos. Por un lado que ponga el pensamiento negativo y en el otro lado debe transformar lo que piensa en positivo. ¿Qué aprende con ello? que puede ver las situaciones de dos colores y que dependerá de él o de ella si encuentra el vaso medio vacío o medio lleno. Por ejemplo; Escribe en el lado negativo: ” Mis amigas siempre se enfadan conmigo y dejan sola en el recreo” En el lado positivo y con algo de ayuda por tu parte puede escribir: “Las buenas amigas no te dan de lado. Las amigas hablar sus problemas y lo solucionan. Debo encontrar otras amigas. Yo puedo ser buena amiga” Es un ejercicio potente, pruébalo.
2 Comments
Me encanto tu artículo, tomo nota porque mi hija desde el año pasado que comenzamos en un nuevo colegio a sufrido mucho para adaptarse y se esta convirtiendo en una personita muy muy negativa y acomplejada…
Hola Raquel,¡muchas gracias!
Los cambios siempre son difíciles, dale tiempo pero no descuides sus reacciones y sobre todo mantenerte siempre positiva,porque somos sus modelos.De todas formas si quisieras aclarar algo no dudes en escribirme.
Un saludo