Fotografía de Paz Ruiz Luque, a través de Getty Images.
Un adolescente que asiste a consulta me hablaba emocionado de sus clases de oratoria en el colegio. Dice que esta clase le ayuda mucho, es un chico algo retraído y ganar esa confianza en sí mismo le está reportando bastante seguridad. Cuando le pregunto sobre qué cree él que obtiene en esta hora semanal, me confirma que ante todo, tranquilidad para saber explicar las cosas de manera correcta. La madre está más que contenta con los grandes cambios que encuentra en su hijo, y alaba la decisión del centro de incluir esta materia. Es evidente que este chico en pocos meses ha sabido desarrollar mejores habilidades de comunicación y confianza, y todo gracias a una clase.
La primera vez que oí hablar de esta asignatura, me sorprendió. Es más propia de la educación anglosajona, pero teniendo en cuenta los cambios educativos tan importante que se están produciendo en nuestro país, es una incorporación que hay que aplaudir. Estoy encontrando gran cantidad de centros escolares cuyo profesorado motivado, y con ganas de mostrar algo más que conocimientos académicos, se molesta en implantar metodologías que brinden nuevas herramientas al alumnado. Si no tienes la suerte de que tu hijo asista a uno de estos centros, no te preocupes. Toma nota y sigue leyendo, porque mejorar la habilidad para hablar en público la puedes trabajar desde casa.
¿Es importante?
Tanto filosofía para niños, como la clase de oratoria, son asignaturas perfectas para las próximas generaciones. Esta inclusión en el currículo, no son sino ventanas que se abren para mostrar que los futuros adultos precisan más modelos que los puramente académicos. Las habilidades de comunicación son cada vez más demandadas como competencias laborales. Expresar una opinión o preocupación de forma correcta te puede abrir muchas puertas, y no sólo me centro en el mundo laboral. En el día a día, y en cualquier circunstancia, saber expresar y comunicar lo que sientes, lo que crees, o lo que piensas es de vital importancia.
Hay muchos niños y niñas que sin llegar a catalogarlos como tímidos, ante la sola llamada del profesorado se quedan paralizados o temerosos, independientemente de que quienes les estén escuchando sean compañeros a los que conoce desde infantil. Viendo como se desenvuelve la sociedad, me temo que si no enseñarnos a nuestros hijos a generar estas habilidades, les estaremos haciendo flaco favor. La sociedad, cada vez demanda mayores habilidades emocionales. La escucha activa, la asertividad, comunicación… y si falla esta última, mal vamos.
Como adulto, habrás visto o incluso vivido, situaciones en las que algunas personas son incapaces de llevar una presentación en su lugar de trabajo. En España no nos han enseñado a hacerlo. En el colegio era raro que te mandaran a exponer algo, como mucho salías a la pizarra a resolver un problema matemático, con lo que tenemos muy poco bagaje en este campo. Pero la cosa ha cambiado y ahora debemos dar un empuje a la siguiente generación para paliar nuestros propios déficit.
Qué le aporta a tu hijo
Como todo en esta vida, la mejor forma de ir aprendiendo algo, es practicando. Hablar en público no se limita a tener desparpajo y cierta verborrea. Hablar en público implica generar una mejora del pensamiento crítico. No es hablar por hablar. Es crear un impulso a tus palabras buscando un sentido y formando ideas sobre las cosas. Te pondré un ejemplo claro de porqué es bueno desarrollar esta habilidad. Vivimos en una democracia, y tenemos el derecho de hablar sobre aquello en lo que no estamos de acuerdo, si les damos esta herramienta a nuestros hijos, les va a permitir tener la fuerza para el cambio que quieran lograr. Tendrán el poder que otorga la palabra. Ya luego decidirán si quieren utilizarla o no, pero nuestro deber como padres es mostrárselo.
Cuánto más animamos a los niños y adolescentes a hablar, mayor es la probabilidad de que mejore su seguridad en sí mismos, su autoestima. Ten en cuenta que normalmente no tenemos oportunidades de hablar en público, y su práctica le llevará a sentirse más seguro y con menor ansiedad al hacerlo. Y no te hablo sólo del colegio y de las competencias que se adquieren.
A lo largo de los años, nuestros hijos tendrán que comunicar y trabajar en grupo con otras personas tanto a nivel personal como profesional. Si fomentas en casa la confianza en si mismo a la hora de expresarse, si valoras el empeño que pone en mejorar su vocabulario y desenvolverse, llegarán a convertirse en adultos seguros, con buenas dotes de comunicación.
Cómo ponerlo en práctica
Es probable que a tu hijo le cueste salir voluntario en las actividades de clase, o parece que incluso a la hora de expresarse se siente desconfiado. Prueba con lo que te pongo a continuación. Es una manera de comenzar a poner en marcha esta habilidad tan necesaria. No olvides de darle valor y toma nota de las recomendaciones, y sobre todo, comienza a ponerlo en práctica:
- Escucha lo que quiere decirte. No hagas otras cosas a la vez mientras intenta hablarte.
- Cuando vayas a comprar algo que necesite, material escolar, unas zapatillas, haz que se él quien las pida. Que explique a quien le vaya a atender, lo que busca. Tu estarás a su lado y eso le dará confizna, pero tendrá que empezar a desenvolverse con soltura y este ejercicio es muy práctico para conseguirlo
- Hablar alto y claro es primordial para mejorar el discurso.
- Mirar a quien le estás hablando es importante. Ya sea para dar las gracias o saludar. El contacto visual es vital en la comunicación.
- Si tu hijo lleva la etiqueta de tímido, no hables por él. Tiene su propio ritmo, déjale.
- Practicar con esquemas sobre de aquello de lo que se quiere escribir, hace que centres la idea principal y organices ideas. Enséñale cuando deba escribir una redacción en el colegio a organizar primero la idea general.
- El teatro es una gran actividad extraescolar.
- Juegos de mesa para practicar el vocabulario son muy bien recibidos por los niños y te aseguras que trabajan la comunicación tanto verbal como no verbal. Ambas son necesarias. Prueba con pictionary, scrabble junior…
- Enséñale a contar chistes sencillos.
- Si vas en el coche, que describa lo que va observando por la ventana. Y luego lo haces tú. Debe ser entendido como un juego participativo, no un examen.
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