Hay una cuestión importante en toda separación o divorcio y es que aunque tu ex-marido o tú os vayáis con otra persona, vuestros hijos se quedarán con los mismos padres. Pretendo decirte con esto, que los niños no tienen que vivir la realidad de vuestra relación, vuestra falta de comunicación o las reglas que habéis incluido en este proceso.
Los hijos no tienen las herramientas o la experiencia necesaria para manejar los sentimientos y los cambios que les están sucediendo. El miedo y la culpa son las emociones que les acompañan durante el proceso. Hoy no quiero hablar de lo que les pasa a los niños, de su cambio de comportamiento, no, hoy hablaré de lo que los adultos no debemos hacer.
Hijos y divorcio: qué no hacer
Cada separación es diferente, depende de la circunstancia por la que se produjo y también depende de la forma de actuar de cada uno. Por eso a pesar de que los matices son diferentes hay una serie de cuestiones que se dan en la gran mayoría de las separaciones. Voy a exponerte la forma de conseguir que esta situación les produzca el menor daño posible. No puedes engañarte, no ha duda que todos lo cambios que se van a producir repercutirán en ellos. Por eso te anoto algunos conceptos sobre qué no hacer.
- Que los niños no sufran tu dolor. El duelo por un divorcio puede durar mucho tiempo, pero intenta poner todas tus fuerzas para que los niños no lo sufran contigo. No es cuestión de poner buena cara y hacer como que todo sigue igual porque no es así. Ten muy claro que los niños no tienen tus mismas herramientas a la hora de manejar las emociones. Les puedes transmitir la sensación de que deben cuidar de ti y eso es lo menos favorecedor para el desarrollo emocional de un niño.
- Hablar mal del otro progenitor: Es posible que me digas, “no, si yo delante de los niños no lo nombro” Vale, quizá no lo hagas conscientemente pero que ocurre cuando apostillas dentro de una conversación “¡eres como tu padre!” . El mensaje que le llega no es positivo.
- Dejar que pregunte. Tiene dudas, en algunas edades se cuestionan muchas cosas y no hablar de los problemas no hará que desaparezcan. Es primordial que se hable de ello, dale su tiempo, que establezca cuándo preguntar sin atosigarle.
- No dejarle hablar de su padre. No puedes vetar a los niños o hacerles sentir culpables por ello. Como te decía antes, podrás cambiar de pareja, pero su padre estará en su vida siempre. La figura tanto del padre como de la madres son necesarias y es común que cuando hable de algo incluya a su padre en la conversación.
- Hacerles sentir que están en medio de una batalla.En muchos procesos de divoricio algunos padres sienten que sus hijos les pertenecen, que son de su propiedad, pasando a convertirse en el trofeo que cada padre quiere ganar. Olvídate, tus hijos no te pertenecen, no son objetos.
- No asistir en los momentos en los que hay que estar juntos. No hablo sólo de eventos sociales, hablo de una tutoría en la que el niño/a necesita que estén ambos padres, en la fiesta del colegio, en el partido… No te niegues a asistir a ningún sitio porque vaya a ir el padre. ¿Quien es más importante? Tu hijo/a, entiendo. La prioridad es el bienestar de los niños, deja atrás cualquier sensación de orgullo, miedo, rabia, rencor…
- No los utilices de mensajeros.
Sé que enfrentarse a una separación es muy difícil, sé que intentar ser honesta y no involucrar a los niños es difícil, pero nadie dijo que ser madre no lo iba a ser y más cuando las cosas no son como las planeamos. Hay situaciones que nos llegan de repente y otras son más meditadas pero tu obligación como madre es mostrar el apoyo y el amor que necesitan.
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