Hablamos de la autoestima de nuestros hijos, de la importancia en la adolescencia, y ¿qué pasa con nosotras?. Hemos creado el automatismo de no dedicarnos tiempo para nosotras mismas, con lo que hemos olvidado, que la autoestima en la mujer, existe.
Déjame que te diga, que la autoestima es una necesidad psicológica básica. De todos los juicios que emitimos a diario, el más importante, es aquel en el que nos juzgamos a nosotras mismas. Se nos olvida que hay que darle importancia a lo que nos pasa por dentro. Hay una frase que siempre digo y que está colgada en la página principal de la web, que dice “la única forma de educar hijos emocionalmente sanos es empezando por uno mismo” Si no cuidas tu interior, ¿quién lo hará?
La autoestima en la mujer, es importante.
Empecemos primero por entender el término, aunque es complejo, puesto que intervienen varios factores. Mucha gente lo confunde, y por eso, a mí me gusta definirlo como el valor, o la forma que tenemos de juzgarnos. Es un juicio sincero, no hay duda. Es nuestra forma de reaccionar al tenernos cara a cara frente al espejo.
Cuanto más sólida sea tu autoestima, más armada estarás para enfrentarte al día a día. Y día a día significa situaciones engorrosas en el trabajo, los niños, pareja… Recuperarte con energía de cada situación y empezar de nuevo, es más rápido si tu autoestima está sana.
Me encuentro en los grupos de trabajo con mujeres que dicen que tienen buena autoestima, al menos ellas así lo creen. Cuando llega el momento de averiguar si es así, descubren que no. Descubren que la admiración de los demás, mantenernos en forma, y parecer que todo va bien, “de cara a la galería”, no es autoestima. Te pueden hacer sentir bien, te puedes sentir halagada o admirada, pero esa comodidad que te brinda poder desenvolverte con cierta soltura, no la puedes confundir con autoestima.
La autoestima en la mujer, lo mismo que la de los niños o la de los adolescentes (puedes leer aquí y aquí) es compleja. La forma en la que te enfrentas a la idea de quién eres o quién crees que eres, marca tu autoestima. No tener miedo a ser como soy, y no fingir ser otra persona, desvirtualizando mis creencias o valores por adecuarme a la aprobación de los demás. Y olvídate de la idea general de mirarse al espejo y decir alguna afirmación del tipo “soy la mejor” no, con eso no se construye la autoestima. Debes tenerla bien armada, y para eso primero hay que terminar la casa, antes de ponerte a decorarla.
Impacto de una baja autoestima en la mujer
El impacto de una baja autoestima en la mujer no es nada alentador. Se traduce en una sensación de pérdida de control. Digamos que son los demás quienes marcan tus pasos. Las decisiones que tomas están dirigidas por acontecimientos externos, no por tu deseo propio. Hay una búsqueda por conformar la necesidad de los demás, y pierdes el valor de tu propia identidad. ¿Cómo te sientes? insatisfecha y con grandes dudas. Presentas una sensación constante de que lo que haces no está del todo bien.
¿Cuáles son los síntomas? miedo a los cambios, poco competente, con sensación de tener poco valor y como es evidente con una visión distorsionada de ti misma. Todo esto acompañado de pensamientos negativos y autocríticos.
¿Cómo suelo comportarme con baja autoestima? trato de complacer a los demás, pasiva en mi entorno, evito algunas situaciones y algunas personas, me pongo a la defensiva cuando creo que estoy siendo criticada…
¿Qué provoca una baja autoestima en la mujer? Las experiencias negativas que hayamos tenido en la vida y los resortes que nos acompañaran en esos momentos. Sentirse querida, apoyada y valorada son imágenes que desde bien pequeñas nos van marcando nuestro propio valor. Se establece en la infancia, pero hay que saber que no lo conforma una sola persona, es decir, es algo que se desarrolla en el tiempo. La baja autoestima no nace de un día para otro.
¿Cómo puedo mejorarla? Como ya te dije antes, la autoestima hay que afrontarla desde varios frentes: aceptación, respeto, tiempo, confianza y por ello lo mejor es encontrar a un profesional que te ayude a desarrollarla. Muchas veces no logramos nuestras metas, o nos autoexigirmos demasiado por no tener un apropiado valor de nosotras mismas, de sentirnos bien con quienes somos.
El aumento de tu propia autoestima, significará que te sentirás mejor contigo misma, con el mundo y afrontarás de una manera adecuada aquellas situaciones en las que no confías en ti. Te permitirá desarrollar tu talento y mostrar la mujer que llevas dentro.
¿Quién soy? Las mujeres y la idea de que no podemos ser egoístas.
Hay un tema muy trascendente cuando hablamos de la autoestima en la mujer. Mas concretamente cuando se es madre, y esa palabra es: EGOÍSMO. Vale, no es una palabra bonita, y tiene un componente de “defecto moral” en la persona a la que se le adjudica. Pero el egoismo en dosis apropiadas no es tan negativo. Quiero decir que hablo de un egoísmo que implica luchar por nuestros objetivos, y defender nuestros intereses. No hablo del egoísmo negativo, ese en el cual los demás no existen, y sólo antepongo mis necesidades y deseos.
Socialmente se nos ha educado a las mujeres para atender a los demás, para estar dispuestas a las necesidades. y dejarnos para el último lugar. A la mujer se nos ha enseñado de manera consiente o inconsciente, desde nuestra infancia, a desarrollar solidaridad, empatía, pero sobre todo espíritu de sacrificio. Esto ya lo he hablado en varios post, entre ellos en éste y también aquí.
He escuchado a muchas mujeres, relatos de su vida en los que me exponían la sensación tan desagradable que sentían al escuchar la frase “eres una egoísta” Estas frases suelen usarse como herramientas para acusar. Y ante la acusación, cedemos a los deseos de los demás, renunciando a nuestro interés. No digo que sea una causa de baja autoestima en la mujer, pero como ya te dije, para entender la palabra autoestima hay que conocer bien la gran cantidad de factores que la conforman. Desde los aprendizajes tempranos, hasta las situaciones que hemos vivido en nuestra vida. Por eso te recomiendo que si notaras que tu autoestima no goza de buena salud, pidas consejo profesional.
¿Puedo mejorarla?
La verdad es que sí, pero muchas veces como ya he dicho antes es mejor acudir a un profesional y evaluar las razones. Aún así añado algunos cambios tanto de pensamientos como de acciones que puedes ir probando.
– Haz ejercicio. No hay excusas, si no puedes practicar ningún ejercicio, puedes bajarte una parada antes, subir las escaleras y no coger el ascensor…
– Visualízate de manera positiva
– Piensa al final del día ¿Hoy con qué he disfrutado?
– Acepta los cumplidos.
– Párate a pensar: ¿estoy sacando las cosas de quicio?
– ¿Estoy enfocada siempre en lo peor que podría pasar? ¿Cómo podría verlo de otra forma?
– Sal con amigas, es necesario relacionarse y no perder el contacto con las amigas. Puedes leer más aquí
– Cometer errores es normal, y no pasa nada si esto sucede. Es la forma más común de aprender.
– La gente me quiere y respeta como soy.
– Reconocer las fortalezas es muy positivo y ayuda mucho a conocernos. Haz una lista de las mismas y cada día incluye una nueva.
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