Ayer mantenía una conversación con varias amigas y salió el tema de las madres, quiero decir, “de nuestras madres”. En la conversación hablamos de la costumbre, al parecer bastante común, que tienen las mujeres de mediana edad de disculparse por todo. ¿Le pasa a tu madre? ¿Y a ti? ¿Te has parado a escucharte? Muchas de nosotras mantenemos también esta actitud aunque pensemos que no, que ya sabes “que se ve antes la viga en el ojo ajeno…”
Es un rasgo femenino
Parece que pedir disculpas es un rasgo femenino y según voy leyendo estudios relacionados con el tema, más se confirma esta premisa. En ocasiones se convierte en una palabra tan común en la conversación como un “buenos días”. Está impresa en el vocabulario femenino y tiene una relación muy estrecha con ese “deseo de la mujer de hacer felices a todos”
Estoy convencida que tu madre al igual que casi la mayoría de las mujeres de su generación huye de la confrontación y se muestra muy reacia a mantener una discusión acalorada. La actitud de sentir que “no hay necesidad de armar jaleo” y de “tengamos la fiesta en paz” es un denominador en la mayoría de nuestras madres. El gran problema viene cuando ya has asimilado el concepto de pedir disculpas como algo normal. Este papel de sumisión le lleva a creer que hace las cosas de forma incorrecta, que puede resultar molesta, de manera que automáticamente quiere pasar desapercibida. Es probable que veas a tu madre reflejada en estas actitudes tan propias de su generación.
Estos patrones están tan adheridos a su lenguaje, que es difícil deshacerse de ellos. Como hijas debemos de vez en cuando y como de quien no quiere la cosa, soltarles algunos consejos para que dejen de sentir esa necesidad. Pedir perdón con demasiada frecuencia les hace parecer débiles y sumisas y eso no es real. Envían mensajes de baja autoestima.
¿Y cómo puedo ayudarla?
- Lo primero que debes hacer es señalarle que has notado que dice demasiadas veces “lo siento”, que sea consciente de que lo dice. Que compruebe por ella misma que es así. Luego debe preguntarse: ¿Realmente necesito disculparme? ¿He hecho algo malo o sólo en el fondo me sale de forma automática por miedo a que alguien se enfade conmigo? ¿Lo hago para mantener paz?
- Hazle ver que se sentirá mejor consigo misma, que otros la respetan y valorarán mucho más si deja de pedir disculpas por todo. Lo que impulsará su autoestima, es una buena forma de sentirse bien consigo misma y la vida es un largo camino en el que nunca de deja de aprender.
- Recuérdale que debe recortar el número de “lo siento ” que dice a lo largo de día, a veces cuando incluso llega a inculparte por cosas que nada tienen que ver con ella. Esta tendencia tan nuestra, debe desaparecer.
- Disculparse es necesario pero sólo cuando es importante hacerlo. Debemos aprender a pedir perdón porque es sano y significativo en cualquier relación personal o profesional, pero no es sano hacerlo en cada momento del día.
- Y ahora intenta hacer este ejercicio pero pensando en ti. Es probable que tu también lo hagas, compruébalo escuchándote y estando atenta a tus conversaciones al menos durante una mañana.
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