He notado en mis años de trabajo con familias, que solemos alardear de buena salud en nuestra relación, y no siempre es así. Tendemos a cubrir un manto sobre lo que nos pasa entre nosotros dos. La llegada de los hijos y de esa etapa que dentro de la terapia sistémica se denomina pastoreo, hace que en ocasiones nos hagamos una composición de una relación ficticia, puesto que es una relación basada en la rutina.
No soy especialista en pareja, y como recibo correos haciéndome preguntas relacionadas con el tema, he pedido a una compañera y amiga que escriba algunos tips que nos puedan ayudar. Consejos útiles para aplicar de manera efectiva y llegar a mantener una relación de pareja saludable.
Teresa Fdez. Morodo es psicóloga especialista en terapia de pareja y familia. Trabaja desde hace más de 20 años con parejas que intentan encontrar una vía de solución a su situación. Teresa desarrolla su trabajo en el centro EAFE Psicólogos. Te dejo con sus recomendaciones que estoy convencida te ayudarán, yo ya me las he apuntado.
A lo largo de los años de convivencia entre dos personas, es normal que disminuya la ilusión y que la atención a los hijos pequeños se constituya en un factor de distanciamiento de la pareja.
La época que los psicólogos sistémicos denominamos “del pastoreo” es decir los años en los que los hijos son pequeños y por lo tanto requieren mucho tiempo de ambos padres pero, sobre todo de las madres, se caracteriza por ser un tiempo en el que la pareja parece pasar a un segundo plano, porque lo que impera en los hogares son los cuidados asistenciales: baños, comidas, chupetes, control de esfínteres y las tareas educativas: aprender a vestirse, comer solos, compartir juegos con los hermanos, recoger los juguetes, respetar normas…
En este periodo que parece no va a acabarse nunca, padres y madres suelen trabajar dentro y fuera de casa manteniendo jornadas que se prolongan hasta que los niños se duermen, por lo que el tiempo que queda para la pareja se va reduciendo a una hora u hora y media como mucho, cada día. Lo que suele ocurrir en muchas parejas es que estos ratos no son especialmente los mejores ya que suelen dedicarse a los reproches mutuos o a comentar el cansancio acumulado después de estas jornadas extenuantes.
Si os sentís reflejados en esta breve reflexión y queréis mantener una buena relación de pareja y que no quede eclipsada por vuestra función de padres podéis tener en cuenta los siguientes consejos:
- Dedica tanto tú como tu pareja, media hora al día, a compartir algo agradable. Evita los reproches o enumerar los problemas que hayáis tenido que resolver a lo largo del día.
- Mientras estáis en vuestra jornada laboral, es bueno hacer una llamada, para deciros algo positivo que os guste escuchar. No es necesaria la llamada constante que termina resultando pesada, es mejor la llamada cariñosa al menos una vez al día.
- Apoyar a la pareja en los momentos difíciles es primordial; nunca menosprecies su trabajo sobre todo si es el relacionado con el cuidado de los hijos.
- Dedicad todos los fines de semana un tiempo para el ocio en pareja, esto no significa tener que salir de casa siempre, sino apartar las mil y una actividades que ocupan vuestra mente durante la semana y dedicaos ratos para disfrutar juntos con la cena, viendo una película, charlando entre vosotros.
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