¡Que importante es el papel de los padres en el desarrollo de los niños! Este post lo escribo a petición de dos mamás, T. y A. que me pidieron que hablara de la figura paterna. El blog está orientado a mujer, ya lo sabes, pero las excepciones no vienen mal…
Quiero dejar claro, al igual que ya lo hice en este otro post sobre las buenas madres, que la mayor parte de los padres son buenos, y que este calificativo, de buen padre, no es sino una forma de expresión.
En mi trabajo, suelo entablar más relación con la madres, es inevitable, no vamos a entrar en este tema de quién asume más cargas familiares, pero cada vez me encuentro con más padres dirigiendo activamente la educación de sus hijos.
Antes, los estudios del desarrollo de los niños, se centraban exclusivamente en las relaciones de los niños con las madres, en cambio ahora, los estudios centran su atención también en la figura paterna. Su nivel de implicación actual nada tiene que ver con el que vivimos nosotros con nuestros padres, y el rol del hombre con respecto a la familia ha cambiado.
La figura del padre
Está claro que la presencia masculina ocupa un lugar privilegiado en la vida emocional de los niños. Tiene un papel influyente en cuanto a la independencia de los hijos. Los hombres, tienden más que las madres, a empujar a los hijos a que se enfrenten a desafíos y probar nuevas experiencias. Y no se trata sólo de adquirir nuevas habilidades, también les impulsan a asumir las responsabilidades de sus actos.
Un buen padre es alguien que interactúa directamente en la vida del niño, que está disponible y sobre todo, que proporciona recursos emocionales y sociales fuertes. Tiene una influencia positiva a la hora de mejorar la competencia y la responsabilidad, valores a los que las mujeres damos menos importancia. El deporte y las actividades sociales son el punto de partida.
Hace unos días, me enviaron por Facebook el enlace de la historia de un papá que por circunstancias laborales, no coincidía con los horarios de su hijo. Cuando llegaba a casa, el niño ya estaba dormido y cuando salía por la mañana, el niño aún dormía. Así que ideó la forma de comunicarse con él, y comenzó a atar un nudo en la sábana de la cama, para que así su hijo al despertarse, supiera que su papá había estado allí, y le había dado un beso de buenas noches. Esta forma de comunicación, muestra un padre activo que no quiere perder el contacto a pesar de las circunstancias, y hacerle saber que sigue ahí para lo que necesite. Ese resorte emocional es lo que los niños deben tener en las figuras tanto del padre como de la madre.
Desde el primer día
Me alegra que el padre actual sea más activo y participativo incluso desde los primeros días del nacimiento del bebé. Ya quedó atrás el padre que cogía al recién nacido con miedo. Compruebo en los talleres de masaje, que ellos son más proclives a preguntar y a aprender a realizarlo correctamente, a pesar de que muchos llegan el primer día, sin saber realmente de qué trata el masaje para bebés.
Emociona ver a padres receptivos de lo que precisa el bebé, de darles cariño, y tenerlos siempre en brazos. Incluso son más activos a la hora de formular preguntas, sin importarle, si son demasiado obvias o no; ya se encarga su pareja con la mirada, de dar constancia de este hecho…pero les da igual.
Sin entrar en diferencias sobre género, el padre con su primer hijo, tiene una necesidad mayor de conocer. Todo es nuevo. Es muy probable que cuando estaba en presencia de otros bebés no pusiera atención en los detalles, pero ahora sí, ahora tiene dudas y le gusta saber. Ahora es su hijo, y le resulta importante asegurarse que lo está haciendo bien. Ahí es dónde aparece el buen padre.
El tacto y la unión que se mantiene en los primeros años es el pilar para ir forjando la relación entre padre-hijo que ahora comienza.
Conviértete en un modelo a seguir
No paro de repetir esta frase pero creo que es la base de la educación de los hijos. Somos sus modelos, y nos imitan en todo así que esforzarse por trasmitir y vivir valores positivos y en los que creemos debe ser nuestra premisa.
- Intenta pasar tiempo con ellos… de calidad. Aquí tengo que decir que no es cuestión de pasar más tiempo con ellos, es cuestión de tiempo de calidad. Escucho decir que los padres no estamos con nuestros hijos como lo estuvieron nuestros padres con nosotros, y no creo que sea cierto. El padre de ahora se implica más en lo que le sucede a su hijo/a que lo que hizo nuestro padre. Los llevan a más sitios, pasan más tiempo en el parque. Igual no están tan presentes físicamente, pero el resultado global es igual de efectivo o más. Y es tan claro, como que ahora se cubren con mayor atención las necesidades emocionales, más que en ninguna otra generación.
- La madre. Sobre todo lo digo por si estás separado. La madre es una piedra angular. Mostrar respeto por la persona con la que decidiste tener un hijo o hijos es lo mínimo que se debe hacer. Y si no estás separado, la madre debe ser una compañera, y todas las decisiones que conciernen a los peques deben ser consensuadas y de acuerdo a las ideas de los dos. Piensa que los niños aprenden cómo son las relaciones entre una pareja, a partir de la relación que observan en sus padres. No te olvides que no hay una figura más fuerte que otra, son complementarias y necesarias. Los niños necesitan a su madre y a su padre.
- Actividad sólo con ellos. Hacer actividades en familia es divertido y sano para los niños, pero de vez en cuando que realices alguna actividad sólo con los niños, hará que la unión se haga más fuerte. Vivir momentos especiales con ellos les hará recordar a su padre. Hacerles sentir especiales, valiosos…el buen padre juega un papel primordial para hacerle sentir estas cuestiones a sus hijos.
- Paciente y a la vez, justo. Recuerda que los hijos no son amigos, debes poner límites claros y a la vez saber escuchar lo que necesitan. Tus hijos necesitan sentirse escuchados y sobre todo confiados en que su padre estará ahí. Pero la confianza de un hijo no se gana siendo “su amigo”, algo en lo que muchos padres suelen confundirse.
- La comunicación. No te exasperes si en la adolescencia te cuesta que te escuchen, si no lo has practicado en casa, si no has buscado momentos para que exista la comunicación, es poco probable que te cuente lo que le pasa. Hay que buscar que fluyan las palabras en la familia. Los ejemplos del día a día bastan para enseñar las lecciones de la vida.
Recuerda que ser buen padre implica pasar tiempo de calidad con los niños, proporcionarles apoyo emocional, saber escuchar, vigilar su comportamiento y sobre todo, saber proporcionar disciplina de manera justa.
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