¿Cuántas veces no te han juzgado de antipática o seria, y luego se sorprenden al conocerte? Si así te consideras, y estás dispuesta a controlar esta característica de tu carácter, y sacar el mejor partido de ello, que sepas que es posible. A continuación te describo un poco mejor esta característica, para así poder descartar si tu timidez requiere un pequeño empujón o ayuda profesional.
Timidez, cómo se describe
Antes de nada, me gustaría matizar lo que es la timidez, porque escucho a muchas mujeres decir, “es que soy muy tímida” y la realidad no es esa. Es una falsa timidez. Y te explicaré a qué me refiero, no es lo mismo timidez que vergüenza. Son cosas diferentes, aunque en ocasiones se tienda a mezclarlas. La vergüenza es común en todos y puede darse en situaciones concretas, pero la timidez depende de cada uno, es una incapacidad de mostrarse, mucho más extensa evidentemente que la vergüenza. Cierto que las personas tímidas destacan por hablar poco, e incluso ruborizarse, pero en la timidez se esconden más matices.
Todos experimentamos cierta timidez en un algunas situaciones o momentos determinados. Por ejemplo, entrar en una sala llena de gente y no conocer a nadie. Dependiendo de tus habilidades saldrás de una forma u otra de la situación. En cambio, cuando hablamos de alguien que se describe como “soy muy tímida” implica un impacto severo en situaciones sociales y personales. E incluso es muy posible perder algunas oportunidades laborales o personales, por no levantarse y tomar partido, cediendo ante el freno que conlleva la timidez.
La timidez no es el miedo a hablar y decir mal las cosas, es miedo a quedar mal ante los demás, que es bien distinto. Es un miedo que tengo, y por eso no me muestro y lo postergo. Y postergo todo, mi opinión, involucrarme en un grupo, no participar en nada, no compartir sentimientos o pensamientos con nadie…Me siento cómoda y protegida si no hago nada. Me mantengo aislada y segura. Piénsalo un segundo, ¿ganas algo siendo así?
Todas las personas en mayor o menor medida buscamos la aprobación social. Nuestra mente construye de manera automática un mapa de los que nos rodean. Hacemos juicios y valoraciones inconscientemente en nuestro cerebro, sobre lo que están pensando los demás, de forma que las personas tímidas renuncian a comprometerse, a participar por miedo a ser avergonzado.
Soy muy tímida… ¿pero desde cuándo?
Se habla de una mezcla entre componente genético y otro relacionado con el entorno. Es evidente que se desarrolla durante la infancia, no es algo que aparezca a los 30 años.
La familia es una gran influencia. Quizá padres tímidos, o padres que no prestaban atención a lo que sus hijos querían decir, o padres que respondían por sus hijos sin darles oportunidad a que pudieran expresarse…el listado de posibilidades es extenso. Cada una de las personas tímidas debe reconocer la razón de dónde parte esta timidez. Relacionada con la infancia,sí, por supuesto, pero es necesario descubrir e indagar un poco más en la raíz, y desde luego comprender el porqué. Estos son los primeros pasos para que puedas mejorar tus habilidades en las relaciones sociales. Cambiarlo depende de ti y lo sabes, que los demás te sigan arropando no te beneficiará.
Muchas veces ese miedo a mostrarte te impide ganar, profesional y personalmente y sabes que dejas oportunidades atrás, al estar limitada por este miedo. ¿Por qué no pedir ayuda? o en casos menos necesarios, ¿por qué no le plantas cara a esta actitud que sabes que no sirve para nada?.
La timidez es un miedo
Queda claro que la timidez es una sensación de incomodidad, en situaciones sociales. Pero sobre todo es un miedo a no querer enfrentarse a ciertas cuestiones de mi propio crecimiento. A medida que maduro y voy creciendo voy enlazando mi vida a cambios y es muy posible que inconscientemente no quiera que eso ocurra. Es posible que hayas ido tejiendo esta actitud, para evitar ese crecimiento que todos experimentamos.
También debo decir que hay muchos grados de timidez. Lo digo, por si no te ubicas en las descripciones que estoy dando. No es lo mismo cuando me cuesta conocer gente nueva, hablar en grupo o dar mi opinión en una reunión de trabajo, que una timidez que me provoca que el corazón se me acelere, o sentir dolor de estómago. Si esto es lo que te ocurre, es convenicente que busques apoyo en un profesional, es la mejor forma de afrontarlo. Te dará herramientas precisas con las que mejorar esta reacciones que limitan tu vida social.
Como ya dije antes, el factor más importante, es examinar la naturaleza de tu timidez. Evitar situaciones que sabes te llevarán a sentirte incómoda, provoca un refuerzo negativo, si tu intención es poder controlar esta conductas. Las evitas por no volver a vivirlas y con ello no consigues nada. Debes salir de tu zona de confort, ¿y que eso? pues salir de lo que te resulta seguro. Tiendes a hacer las mismas cosas una y otra vez con el mismo círculo de personas, que normalmente se basa en un grupo reducido. Esto lo haces apara evitar exponerte a nuevas situaciones sociales, y lo sabes. Eres consciente de que necesitas desarrollar habilidades que te permitan abordar relaciones sociales.
Hay ocasiones en las que el concepto “es que soy muy tímida” puede ser una internalización de una idea que tienes sobre ti misma. No puedes olvidarte que una cosa es lo que dicen que soy, y otra es lo que yo creo que soy. De eso he hablado en muchas ocasiones en este blog. Y como bien sabes hay diferencias entre la percepción de los demás y la mía.
Las personas tímidas experimentan dificultades para cumplir con la gente, para iniciar una conversación o incluso para mantenerla. Y da igual si la interacción es en un grupo pequeño. De manera que te cuesta afianzarte en un lugar de trabajo, o en relaciones sociales o personales.
Las personas tímidas están inclinadas de manera natural a ser así, pero es obvio que esta dificultad de desenvoverse socialmente se puede entrenar. Debes empujarte a exponerte. El ejercicio es tuyo, y sólo tú, puedes buscar la fuerza para impulsarte.
¿Es posible superar la timidez?
Sólo en la medida en la que seas capaz de querer solucionarlo, podrás hacerlo. Sabes que una mejora en tus relaciones tanto laborales, como personales, serían un gran paso.
Toma nota de los pequeños consejos que te doy para alcanzar lo que te propones.
- Ensaya lo que vas a decir. Necesitas tener confianza en ti misma. Busca temas de conversación propios de cada situación. Por ejemplo, a la salida del cole de los niños, dirígete a otra madre con la que quieras comentar algo, que pueda dar pie a mantener una corta, aunque fructífera conversación. Sólo intercambiar unas palabras serán suficientes. Luego ya irás mejorando pero de primera, es un gran avance. Ensáyalo antes.
- No todos te están observando. Debes grabártelo a fuego. Es un ejercicio difícil de realizar, puesto que acabar con ese pensamiento cuesta, y más para ti que ya lo tienes interiorizado.
- No seas muy autocrítica. Olvídate de evaluar lo que los demás piensan de ti. Es bueno que comiences a confiar en todo el potencial que tienes. Tienes mucho que decir, ¿a qué esperas para mostrarlo?
- Debes cambiar hábitos sobre todo si tiene hijos. Ellos no deben aprender estas conductas. No significa que una mujer tímida tiene hijos tímidos, no siempre ocurre así, pero si mi madre se pone nerviosa o baja la mirada cuando le hablan y evita mantener cualquier conversación, ¿qué aprenderé yo como hija? Piénsalo. Ellos merecen este esfuerzo por tu parte.
- Un profesional te ayudará a sacar lo mejor de ti.
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