En muchas ocasiones y por la cantidad de actividades que nos imponemos a diario, es fácil caer en la trampa de vivir el día a día sin prestar atención a lo que ocurre. Posiblemente tu ritmo diario hace que los días transcurran sin diferencia entre uno y otro. Si esto te define, toma nota y piensa en estas preguntas: ¿Cuántas veces te preocupas por cosas que aún no han llegado? y lo más importante: ¿Das tiempo de calidad a tus hijos?
Vivir el “Aquí y Ahora”
Si tu meta es lograr bienestar emocional, empieza por vivir tu presente y dar calidad al mismo. Lo primero que ganarás será la capacidad de decisión, me explico: si quieres hacer cambios en tu vida, tendrá que ser ahora. Lo pasado, pasado está y nada se puede hacer; el futuro, aún no ha sucedido, sólo te queda “el ahora”.
Acepta la vida tal y como es. Si vives pendiente de lo que sucederá o no dejas de pensar en lo que te sucedió, estás permitiendo que haya una gran fuga de energía diaria. ¿Por qué te hablo de apostar por una vida dirigida hacia el presente? porque somos modelos para nuestros hijos.
Cuando se habla de Tiempo de calidad con los hijos se habla de entender la vida “en presente”. Influye para no pierdan esa capacidad innata que tienen los niños de vivir las cosas con intensidad, de no pensar en más allá de lo que está ocurriendo en ese momento.
Cuando nació mi primer hijo, me llamó para felicitarme, la madre de mi buena amiga, W. y me dijo algo que se me quedó grabado. Me dijo que lo besara, lo achuchara y cogiera todo lo que pudiera. Que a pesar del sueño y el cansancio lo viviera con intensidad, porque los primeros meses de un bebé se van rápido y luego ya crece y has perdido la oportunidad de hacerlo. Y fue lo que hice y ahora que ya son más mayores entiendo a que se refería.
Vive cada momento despreocupándote de lo que piensen los demás.
Cada día tienes la oportunidad de llenar el presente con lo que importa.
No significa ausencia de objetivos
Nada más lejos de la realidad. Los objetivos deben ser motores que nos muevan en la vida y máxime cuando hablamos en términos de familia. Usa estrategias a fin de prepararlos para la vida. Que aprendan valores, que vivan emociones, que tengan experiencias nuevas con un objetivo común pero siendo conscientes de apreciar todo al máximo.
Los padres debemos desprendernos de ese rol duro y estricto de preparar a los hijos para la vida. Si eres muy severa con tus hijos sopesa esa actitud. Quizá alguna vez les hablas con frases que imprimen la dureza de la vida y la vida sólo es dura según como la plantees. Incluso la gente que ha vivido situaciones traumáticas logra salir de ello, y salir reforzada. Trata de educarles lejos de actitudes amargas y melancólicas. Llévales al nivel que consideres, pero sobre todo aleccionándoles a que vivan de forma positiva y esto sólo lo lograrás si lo ven en ti.
Darles tiempo de calidad a los hijos
Si bien te he comentado la necesidad de aprender a vivir el ahora, y que entiendas que es imprescindible ser conscientes de cada momento, precisa una mención especial el tiempo que pasamos con los niños. Sea la razón que sea, porque tu jornada laboral es larga, porque estás cuidando del bebé que acaba de nacer y no puedes dedicar tiempo al hijo mayor… aquí te muestro algunas ideas que seguro te pueden ayudar. Debes entender que ellos necesitan padres que esteén presentes, y eso es lo que les ayudará a ser fuertes y crecer y desarrollar todo su potencial.
- Gestiona tu tiempo. Si sabes priorizar y organizarte lo tienes todo hecho. Aprende a delegar, nos cuesta a las mujeres y mucho,porque nos apasiona ese rollo de estar en todos lados y creernos capaces de estar a todas. Ya lo hablé en este post
- Piensa que cada momento vivido es único y disfrútalo. En el trabajo, trabajando. Con los niños: disfrutando de ellos
- Si por la cuestión que sea siempre hablas con tu hijo de hacer algo que le motiva: ver un partido de fútbol en un estadio, ir al zoo, parque de atracciones…y siempre le hablas de hacerlo pero el momento nunca llega, no lo dejes más. Pon una fecha en el calendario y cúmplelo. Esto les muestra que nos son palabras y que ellos son una prioridad. Las cosas se hacen, no se dicen
- En las rutinas de casa, se pueden encontrar momentos para compartir. Colocar la mesa, preparar la cena. Cuéntale lo que te alegra tener un pinche tan especial.
- Se creativa. Prueba con colocar en el desayuno que se llevan para media mañana una nota que incluya algo agradable. Frases del tipo: “Te quiero mucho” “Has mejorado mucho en mates, estoy muy orgullosa” “Que bien lo hemos pasado este fin de semana,eh?” Si aún no sabe leer, coloca un smile, esto lo entenderá.
Te recuerdo el gran alcance que puede tener para un niño cuando dejamos todo de lado y nos involucramos en ese tiempo que pasamos juntos. Profundizamos nuestro vínculo y eso es criar y educar a nuestros hijos.
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